ENCUENTRO DE LA RED DE EDUCACIÓN ALTERNATIVAColectivo de la Casa de la Vinculación Social,en Carrillo Puerto, Querétaro
Hola, amigos de la Red de Educación Alternativa.
Quienes presentamos este escrito (Donancy, Rafael, Sandra, Maricarmen y Gonzalo) participamos en el proyecto educativo de la Casa de la Vinculación Social del Pueblo de Felipe Carrillo Puerto, que está activo gracias a la coordinación entre la comunidad de Carrillo Puerto y la Universidad Autónoma de Querétaro.
Dicho proyecto constituye una iniciativa que articula sueños, talentos y esfuerzos de mucha gente. Aunque nadie de los que presenta este proyecto pertenece formalmente al sistema de educación básica, varias de nuestras actividades tienen que ver con ella, directa o indirectamente, lo que nos anima a participar en esta red y en este encuentro.
El enfoque, el sentido y la forma como se dio la última reforma educativa en México fuerza a recuperar viejas reflexiones. El tema que ahora nos ocupa es sumamente complejo y lo que presentamos aquí es tan solo un atisbo.
Cómo entender la educación, ¿para qué educar?
Educación implica andar un camino (en latín, currículo); es una tarea puente que vincula una idea de ser humano con un proyecto social. El camino educativo depende de las respuestas a dos preguntas básicas: (1) ¿qué es ser humano?, la cual permitiría identificar a quiénes nos referimos con el ejercicio de la educación, y (2) ¿a qué clase de mundo aspiramos?
Hay otras consideraciones más, que inciden en el ejercicio efectivo de la educación: para qué educar, bajo qué condiciones, con qué elementos o recursos y quiénes educan.
¿El hombre es el lobo del hombre”o "el individuo es bueno, pero la sociedad lo corrompe? ¿El educando es *tabula rasa, recipiente vacío, hoja en blanco, *arcilla moldeable, “esponjita que todo lo absorbe, sujeto programable, *ser totalmente configurado, en el que la educación solamente aviva o suscita sus cualidades innatas o *ser pensante, que se pregunta, plantea hipótesis y experimenta formas de resolver problemas?
La educación es, a la vez, acción ideológica del Estado y tarea concientizadora y emancipadora, por lo que se encuentra sometida a tensiones y paradojas entre fuerzas complementarias, concomitantes, convergentes o hasta opuestas: de reproducción-socialización, de conservación-transformación y de individualización-construcción comunitaria. No puede darse una perspectiva sin la otra; no hay haz sin envés; no hay libertad sin contención ni sentido sin amplitud de miras.
Así, el desafío de quienes educan consiste no sólo en tener cierta claridad sobre el rumbo por seguir, sino en saber incorporar naturaleza y voluntades en una cierta dirección propuesta. Libertad puede confundirse con abandono, así como intereses de los niños, con proyección del Gran Capital (como aquel niño a quien pedimos que dibujara “un sueño que tengas y que quieres que se vuelva realidad”y dibujó una Cocacola y una bolsa de Chetos).
Paradojas y contradicciones de este tipo generan dudas insolubles durante el proceso de educar.
En México, a lo largo de su historia, las definiciones educativas (y las respuestas a las preguntas anteriores) se han vinculado a diversos proyectos sociales, que se derivan de afanes político-económicos concretos: durante la Independencia, durante la Reforma, o la Revolución, o el proyecto cardenista, o el liberal y, ahora, el capitalista neoliberal. Cada proyecto representa una lucha por preservar (incluso hasta la muerte) ciertos intereses clave: libertad, justicia, igualdad, democracia, solidaridad, laicidad, cientificidad, criticidad, despliegue de facultades humanas, identidad, progreso.
Responder a las preguntas anteriores (¿qué es el hombre?, ¿en vistas a qué proyecto se educa?) se ha vuelto especialmente difícil en el marco neoliberal, que ha desatado un mar de confusiones, por la pérdida de referentes que otrora parecían claros. Ahora, al parecer, el sentido de la educación se reduce a capacitar a empleados “eficientes” (baratos y obedientes), para que resuelvan problemas de una empresa (sin importar el tamaño de ésta), ganar un salario para que puedan participar más en el mercado. En esta lógica, más allá de la libertad y de la dignidad, la principal aspiración es poder estar en el mercado, lo que se logra con dinero.
Reflexiones sobre el contexto en que vive y trabaja el ser humano
No se puede reflexionar en profundidad sobre la reforma educativa actual sin considerar los
El contexto global
Son graves las consecuencias que el sistema neoliberal ha generado en los seres humanos, lo que se puede identificar rápidamente al advertir las desigualdades abismales entre grupos e individuos, el secuestro del tiempo de las personas, la destrucción del tejido social y del hábitat.
Causan especial preocupación los menores. Tantos chicos que sufren abandono; que recorren pueblos de manera solitaria (pomposamente se dice que “emigran solos”); que son orillados a convertirse en sicarios; que sufren de esclavización; que apenas sobreviven sumergidos en el
abandono; que sufren enajenación de su identidad y de su condición humana gracias al “televisor nuestro de cada día”; que arrastran una precaria existencia en el gozo fugaz del ciberespacio o de los deslumbrantes malls; que tienen en la oscuridad de los callejones su nicho de comodidad; que
son testigos cotidianos de modelos de consumismo o de destrucción sistemática de la existencia; que sufren y practican el acoso (bullying) como lo obvio de la vida actual; que sobreviven al raquitismo, a la diabetes, a la obesidad, a la depresión, a la automutilación (cutting), a adicciones; que carecen de futuro, de pasado y de presente; que tienen por sentido de la vida la sobrevivencia del día con día; que lloran por las penas del personaje de las caricaturas, en el televisor, antes que por el drama de sus vecinos; que les es hueca la idea de sentido de la vida o de autoestima, o que sólo pueden aspirar al placer momentáneo, cuyas consecuencias (embarazos prematuros, muertes por abandono, secuelas de insatisfacción, etc.) son obvias y necesarias.
En este contexto, la educación es un artículo de lujo; se desbaratan ante los ojos las antiguas figuras de “plenitud humana”, y son sustituidas por el imperio mercantil. La satisfacción inmediata, la rapidez de resultados y la comodidad hacen innecesario el esfuerzo. La diversión, la trivialidad, el zapping y el surfing informativos muestran innecesarias la pregunta, la duda, la concentración y la profundización. El egoísmo vuelve obsoleto y hasta absurdo el reconocer cómo los propios actos afectan a los demás seres humanos. El imperio de los mass media obtura y suplanta la necesidad de comunicación y genera la ilusión de que basta con ostentar la información “disponible” (en “san Google”) para conocer el mundo, comprenderlo y actuar de manera pertinente en él.
Todo ello se refleja en los ámbitos escolar y familiar, con padres y maestros desconcertados y chicos que parecen no escuchar, no concentrarse, “no hacer caso”.
Contexto local: pueblo de Carrillo Puerto
El lugar en el que se encuentra la Casa de la Vinculación Social es un pueblo de origen mestizo y otomí (llamado antiguamente “La otra banda”); porque fue cuna de costumbres agrícolas, artesanales y, aun, de las bandas de música de Querétaro, todavía conserva rasgos comunitarios y tradiciones que remiten a su existencia de siglos atrás, hasta la época virreinal.
A mediados del siglo XX, los espacios físicos de este pueblo fueron designados por los gobiernos de la época para que allí se asentara la naciente y promisoria zona industrial y comercial más rica del estado de Querétaro. Fue sistemática la invisibilidad progresiva –para las autoridades locales, regionales y nacionales– que le destinó a Carrillo Puerto el frenesí por mejorar las condiciones de la nueva “zona industrial” y de los asentamientos poblacionales que la industrialización exigía. En el caos del océano de fábricas y de viviendas proletarias, el pueblo de Carrillo Puerto quedó oculto a los “ojos gubernamentales”, y los expedientes de la existencia del pueblo fueron guardados en lo profundo de los archivos de la marginación. En un tris, la industria transformó a los campesinos en obreros, comerciantes y lumpenproletariado. Destruyó estructura social; con la rotación de turnos de trabajo desquició tiempos de vida, forzó a que mujeres y varones se volcaran en las exigencias laborales y, por ende, a que abandonaran la atención de sus hijos y de sus ancianos, así como de su organización popular. La “nueva” “forma de vida” destruyó vínculos sociales, afanes ancestrales, milpas, huertas, campos de flores y aguacates; expulsó gallinas, vacas, borregos, aromas, colores y sonidos; extirpó existencia.
Ahora este pueblo concentra una alta tasa de inopia cultural, de analfabetismo y de escuela sin concluir; parte de sus habitantes sufre penurias económicas, cocina con leña o carbón, no sabe usar el teléfono o no conoce el centro de su municipio, a siete kilómetros de distancia. Carrillo es un pueblo en el que muchos jovencitos son expulsados prematuramente de la escuela y de la vida.
Y sin embargo...
A pesar de todo, en este ambiente dramático, vive y palpita gran cantidad de gente pensante, entusiasta, comprometida con su comunidad, generosa, con decisión para cambiar el curso de las cosas y que no pierde el optimismo. Se trata de gente que se organiza, decide, se esfuerza y se integra a proyectos como el de la Casa de la Vinculación Social.
Cómo entender la reforma educativa actual Aunado a esta situación problemática (aparentemente reconocida en su totalidad o parcialmente por
la SEP en sus introducciones a los planes y programas), la población vive otra más de las reformas educativas del país, ahora dictada por la OCDE, que unifica en muchos aspectos los diversos niveles y subsistemas educativos (incluida la educación superior).
Siempre es necesario adecuar el propio sistema educativo a las cada día nuevas exigencias de la sociedad en que se vive, ahora signada por la globalización, con los propósitos –entre otros– de aprovechar las nuevas tecnologías de la información; de conocer la perspectiva más actualizada de los enfoques pedagógicos y didácticos; de articular o armonizar las diferentes propuestas (niveles, planes y programas) para posibilitar mayor efectividad, así como evaluar con más confiabilidad y garantizar el uso óptimo de los recursos. Se comprende incluso la necesidad de poner orden al caos que se ha vivido en México, de terminar con el caciquismo, la corrupción y la anomia que se han instalado en algunos sectores del sistema escolar mexicano1
La subordinación del Estado mexicano a las políticas dictadas por el gran capital (nacional e internacional), para reformar el sistema, no ha sido la mejor decisión; no sólo por la ideología desde la que se promueve la reforma, sino también por las maneras en que ha sido llevada a cabo: (a) sinconsultar a uno de los grupos principalmente involucrados, los maestros, (b) desde la denostación unilateral y ciega del gremio; (c) con la opción tomada de antemano de gastar miles de millones de pesos en franquicias didácticas extranjeras y laptops (para unos cuantos), o en agencias evaluadoras y certificadoras privadas; (d) a partir de la ignorancia de las condiciones de miseria real de trabajo de las escuelas, que se podrían identificar a partir de censos y visitas in situ de los lugares a donde los pequeños acuden diariamente, con la confianza de parte de sus tutores, para aprender.
(Lo señalado en el párrafo anterior es enunciativo y a vuelo de pájaro para identificar que la problemática es más profunda y compleja que lo que se pretende atender mediante un programa gubernamental fugaz, estructurado a partir de prejuicios, sin análisis ni planeación).
En estas condiciones de imposición autoritaria y caótica, se prevé que la reforma educativa actual no tiene elementos para transformar prácticas de maestros y de estudiantes a su cargo. Dicha reforma, por el contrario, confunde, enoja y satura de trabajo poco significativo.
A pesar de todo, hay en las escuelas (de cada uno de los diversos niveles) muchos maestros realmente comprometidos con los estudiantes a su cargo, con su profesión y con su comunidad, lo que permite afirmar que no todo está perdido y que la fuerza vital de la educación liberadora sigue operando en muchas escuelas del país.
Relación escuela-sociedadCon cada reforma educativa se dice que importa vincular la escuela con la sociedad. Dicha vinculación, sin embargo, no es tersa.
Sobre la fragmentación de sistemas
Aunque en la reforma se hable de tuning,2 es decir, de “armonizar” los diferentes sistemas y niveles educativos, a donde es realmente dirigida es a la homogeneización del sistema de administración de la educación, a partir de la ideología propia de los dictados de la OCDE. En este contexto, pareciera que la educación se reduce a capacitación para el trabajo; el trabajo se confunde con empleo, cuyo único sentido para los trabajadores es ganar dinero para consumir, mientras que para los empleadores es poder disponer de abundante y baratísima mano de obra.
No hay vinculación efectiva de los diferentes sistemas para enfrentar problemas sociales, sino que se sostiene la lógica de que cada quien actúa al margen y con el desconocimiento de los demás.
El Programa Nacional Alternativo de Educación y Cultura3 (formulado por los "maestros democráticos") asegura que parte de los procesos actuales, capitalistas, para lograr fortalecer las relaciones de dominación, implica la separación entre el trabajo físico-manual y el intelectual-reflexivo (pág. 86). Sin embargo, dicha separación nada tiene que ver con el carácter práctico de una u otra carrera; tiene que ver, más bien, con la cotidianidad y la construcción del mundo, vista desde la perspectiva de un joven, en proceso de formación (muchas veces afectada por la ideología dominante).
A esta separación o división del trabajo “inferior” y “superior” ha contribuido también la pérdida de espacios comunitarios y públicos, para dar paso a una privatización generalizada4 que ha traído consigo procesos de individualización de los roles de trabajo, generando un desapego que se traduce en la pérdida de identidad y la debilidad de las redes sociales que sostienen a las comunidades.
No hay vinculación efectiva de los diferentes sistemas para enfrentar problemas sociales, sino que se sostiene la lógica de que cada quien actúa al margen y con el desconocimiento de los demás.
El Programa Nacional Alternativo de Educación y Cultura3 (formulado por los "maestros democráticos") asegura que parte de los procesos actuales, capitalistas, para lograr fortalecer las relaciones de dominación, implica la separación entre el trabajo físico-manual y el intelectual-reflexivo (pág. 86). Sin embargo, dicha separación nada tiene que ver con el carácter práctico de una u otra carrera; tiene que ver, más bien, con la cotidianidad y la construcción del mundo, vista desde la perspectiva de un joven, en proceso de formación (muchas veces afectada por la ideología dominante).
A esta separación o división del trabajo “inferior” y “superior” ha contribuido también la pérdida de espacios comunitarios y públicos, para dar paso a una privatización generalizada4 que ha traído consigo procesos de individualización de los roles de trabajo, generando un desapego que se traduce en la pérdida de identidad y la debilidad de las redes sociales que sostienen a las comunidades.
Educación básica y normal
Conviene decir, sin ánimos nostálgicos, que, en otros tiempos, los normalistas en proceso de formación y los profesores eran considerados “agentes de cambio de sus comunidades” y realizaban su trabajo, inmersos en la comunidad. Una institución reconocida por su cercanía con las comunidades que las arropan, así como por el compromiso de sus estudiantes hacia los sectores más marginados han sido las normales rurales.
Desde 1997, la modernización educativa, sin embargo, “integró” el servicio social de los normalistas a las prácticas docentes dentro de las escuelas; en realidad, lo eliminó, y tales prácticas terminaron desligadas, en muchos sentidos, de sus comunidades.
Algunas normales rurales, sin embargo, constituyen una excepción a la desaparición del servicio a la comunidad y se mantienen en pie de lucha para impedir su extinción. ¿Cómo han logrado estas escuelas persistir en sus esfuerzos y dedicación a lo largo del tiempo, pese a los constantes intentos por desaparecerlas?
Pareciera ser que una explicación se encuentra en la formación intelectual que se imparte a los normalistas, reconociendo las luchas sociales y el factor clave de éstas para la consolidación de los procesos democráticos de México; pero la respuesta también puede encontrarse en la cotidianidad en la que estos estudiantes viven.
Además de su arraigo en la comunidad, los espacios comunes en que sus estudiantes, maestros y trabajadores comparten la vivienda, los comedores y las instalaciones, abiertas a los habitantes de las comunidades –aulas en las que se comparten actividades, huertos o predios mayores dedicados a la agricultura o a la cría de pequeñas especies y que dependen directamente de los estudiantes–, así como, por ejemplo, tareas de limpieza y mantenimiento de las áreas de la normal rural, sitios cuya responsabilidad es asumida por todos, han sido clave para mantener a estas escuelas en funcionamiento.
Desde 1997, la modernización educativa, sin embargo, “integró” el servicio social de los normalistas a las prácticas docentes dentro de las escuelas; en realidad, lo eliminó, y tales prácticas terminaron desligadas, en muchos sentidos, de sus comunidades.
Algunas normales rurales, sin embargo, constituyen una excepción a la desaparición del servicio a la comunidad y se mantienen en pie de lucha para impedir su extinción. ¿Cómo han logrado estas escuelas persistir en sus esfuerzos y dedicación a lo largo del tiempo, pese a los constantes intentos por desaparecerlas?
Pareciera ser que una explicación se encuentra en la formación intelectual que se imparte a los normalistas, reconociendo las luchas sociales y el factor clave de éstas para la consolidación de los procesos democráticos de México; pero la respuesta también puede encontrarse en la cotidianidad en la que estos estudiantes viven.
Además de su arraigo en la comunidad, los espacios comunes en que sus estudiantes, maestros y trabajadores comparten la vivienda, los comedores y las instalaciones, abiertas a los habitantes de las comunidades –aulas en las que se comparten actividades, huertos o predios mayores dedicados a la agricultura o a la cría de pequeñas especies y que dependen directamente de los estudiantes–, así como, por ejemplo, tareas de limpieza y mantenimiento de las áreas de la normal rural, sitios cuya responsabilidad es asumida por todos, han sido clave para mantener a estas escuelas en funcionamiento.
Educación universitaria
Las universidades, por su parte, han asumido con poca seriedad y de manera intermitente la función sustantiva de la extensión universitaria y en casi todos lados parecen encerradas en torres de marfil, interesadas básicamente en la formación de profesionistas “de excelencia”, pero cuyos interesesestán muy distantes de los problemas que aquejan a la sociedad. No aparece en sus planes curriculares un vínculo real o un proceso de formación integral que dé prioridad a las prácticas de educación universitaria por las que se reconozcan las tareas indispensables de generar conocimientos en beneficio del entorno, promover profesionistas universitarios con conciencia social y, a la vez, establecer mecanismos para reforzar vínculos comunitarios en la población.
Tal ausencia de intereses propiamente sociales no se advierte solamente en las instituciones privadas de educación superior. En las universidades públicas hay situaciones similares, en las cuales las competencias, más que la solidaridad con la comunidad, son las estructuras dominantes en planes de estudio y en actividades extracurriculares.
¿Cómo promover estudiantes comprometidos tanto con la institución pública en que estudian, como también con la comunidad que contribuye a su manutención mediante sus impuestos y diversas actividades? No se trata de una pregunta retórica y, menos, simple. No basta contar con programas ocasionales o de corta duración, en los cuales se involucre a los estudiantes con la comunidad; se necesita reestructurar los planes de estudio de las diferentes carreras para que durante los años de estudio aprendan en profundidad los temas que competen al área en que están inscritos, sino que es necesario:
- que dichos temas sean tratados en atención a las características concretas del país, de la región y de la idiosincrasia popular,
- que, además, reciban capacitación específica para acceder a comunidades y tratar con las poblaciones,
- que identifiquen localidades y sectores sociales de la región que requieren con mayor urgencia y presencia la participación universitaria en sus diferentes modalidades,
- que la formación profesional no sea sólo teórico-conceptual ni exclusivamente relativa al dominio de los temas de la profesión, sino que igualmente incluya formación ecológica, cuidado teórico y práctico (operativo) del medio, mantenimiento del entorno social y físico, aprendizaje de oficios relacionados con la profesión y, sobre todo, la responsabilidad de todo universitario en referencia al ser humano y su existencia.
En la gestión de la Universidad Autónoma de Querétaro, en el período 2012-2015, el servicio social está dando un giro de 180 grados para colaborar con las comunidades menos favorecidas, en sus propios esfuerzos de superación. Todo hace pensar que seguirá la misma tónica en los siguientes tres años.
Así, lo que solía llamarse “extensión” ha cambiado su enfoque, para seguir la propuesta de Paulo Freire, muy especialmente en la Dirección de Vinculación Social (con Gonzalo Guajardo a la cabeza, y con coordinadores comprometidos con ella, como Donancy Reséndiz y Rafael Vázquez, así como los demás coordinadores de dicha dirección).
Según Freire, la palabra “extensión” tiene una connotación de superioridad, del experto que “extiende sus conocimientos”, hacia los “que no saben”. En cambio, la idea de vinculación significa poner en contacto a diferentes miembros de la comunidad, instituciones y grupos organizados, con saberes diferentes, para converger en proyectos comunes, dirigidos a "empoderar" (¡guácala con esta palabreja de moda!) a la población rural o urbana. La Casa de la Vinculación Social refleja firmemente este proyecto.
La Casa de la Vinculación Social se presenta como una alternativa educativa popular, frente a un contexto desquiciante, abrumador y desolador internacional, nacional y localmente. Surge de la necesidad de construir espacios de habla y escucha, donde la comunicación permita a los seres humanos encontrarse y reconocerse con los demás en sus dolores, pero también en sus esperanzas, utopías y posibilidades.
Es un proyecto en construcción, cuya experiencia cuenta ya con un año, que articula diversas iniciativas, impulsadas tanto por la población de Felipe Carrillo Puerto, como por estudiantes y profesores de la Universidad Autónoma de Querétaro, a través de su Dirección de Vinculación Social.
Se trata de un espacio “buena vibra”; que abre sus puertas a niños, jóvenes y adultos, ancianos, amas de casa, padres de familia, estudiantes y no estudiantes por igual, para acompañarlos y satisfacer diversas necesidades sociales, recreativas, de educación y de salud; para intercambiar saberes y habilidades, convivir unos con otros, compartir y aprender con los demás historias personales y comunitarias; para construir hortalizas y compostas, tinacos de ferrocemento, cosecha de agua de lluvia, cultivo de lombrices; un lugar para pintar murales de sueños y tejer ilusiones, para aprender a cantar y a tocar guitarra, para compartir leyendas, practicar zumba y yoga, construir piñatas y alebrijes, aprender cocina tradicional alternativa y corte y confección, para reflexionar sobre lo que sucede en el mundo o sobre cómo mejorar a la comunidad; un lugar para conocer y trabajar la tierra, las plantas, la construcción alternativa de la vivienda, la transformación del mundo; un lugar para la humanidad y el cuidado de unos y otros.
Las ciudades están hoy altamente dañadas, por lo que en ellas urge la presencia de estos lugares comunitarios, donde unos y otros seres humanos tengan posibilidad y afanes por hilvanarse recíprocamente. La comunidad encuentra en esta casa un espacio de comunicación, participación e interacción vecinal.
Así, lo que solía llamarse “extensión” ha cambiado su enfoque, para seguir la propuesta de Paulo Freire, muy especialmente en la Dirección de Vinculación Social (con Gonzalo Guajardo a la cabeza, y con coordinadores comprometidos con ella, como Donancy Reséndiz y Rafael Vázquez, así como los demás coordinadores de dicha dirección).
Según Freire, la palabra “extensión” tiene una connotación de superioridad, del experto que “extiende sus conocimientos”, hacia los “que no saben”. En cambio, la idea de vinculación significa poner en contacto a diferentes miembros de la comunidad, instituciones y grupos organizados, con saberes diferentes, para converger en proyectos comunes, dirigidos a "empoderar" (¡guácala con esta palabreja de moda!) a la población rural o urbana. La Casa de la Vinculación Social refleja firmemente este proyecto.
CASA DE LA VINCULACIÓN SOCIAL
La Casa de la Vinculación Social se presenta como una alternativa educativa popular, frente a un contexto desquiciante, abrumador y desolador internacional, nacional y localmente. Surge de la necesidad de construir espacios de habla y escucha, donde la comunicación permita a los seres humanos encontrarse y reconocerse con los demás en sus dolores, pero también en sus esperanzas, utopías y posibilidades.
Es un proyecto en construcción, cuya experiencia cuenta ya con un año, que articula diversas iniciativas, impulsadas tanto por la población de Felipe Carrillo Puerto, como por estudiantes y profesores de la Universidad Autónoma de Querétaro, a través de su Dirección de Vinculación Social.
Se trata de un espacio “buena vibra”; que abre sus puertas a niños, jóvenes y adultos, ancianos, amas de casa, padres de familia, estudiantes y no estudiantes por igual, para acompañarlos y satisfacer diversas necesidades sociales, recreativas, de educación y de salud; para intercambiar saberes y habilidades, convivir unos con otros, compartir y aprender con los demás historias personales y comunitarias; para construir hortalizas y compostas, tinacos de ferrocemento, cosecha de agua de lluvia, cultivo de lombrices; un lugar para pintar murales de sueños y tejer ilusiones, para aprender a cantar y a tocar guitarra, para compartir leyendas, practicar zumba y yoga, construir piñatas y alebrijes, aprender cocina tradicional alternativa y corte y confección, para reflexionar sobre lo que sucede en el mundo o sobre cómo mejorar a la comunidad; un lugar para conocer y trabajar la tierra, las plantas, la construcción alternativa de la vivienda, la transformación del mundo; un lugar para la humanidad y el cuidado de unos y otros.
Las ciudades están hoy altamente dañadas, por lo que en ellas urge la presencia de estos lugares comunitarios, donde unos y otros seres humanos tengan posibilidad y afanes por hilvanarse recíprocamente. La comunidad encuentra en esta casa un espacio de comunicación, participación e interacción vecinal.
La Casa de la Vinculación Social (a pesar de estar en plena zona urbana industrial) se parece un poco a la Escuela Rural Mexicana de Rafael Ramírez, fundada en tiempos de la Revolución Mexicana, la cual rompió los esquemas de la escuela tradicional, que separa niños y adultos y no se vincula con la comunidad. También se parece un poco al proyecto Netzahualpilli, que fue impulsado en otra época por el Centro de Estudios Educativos con Pablo Latapí, en el que madres voluntarias formaron una cooperativa que educa a sus propios chicos...; pero esto es diferente.
La experiencia de comunidad educativa, propia de las normales rurales (arriba esbozada), así como de otros proyectos establecidos en otras partes del país, puede encontrarse también en la Casa de la Vinculación Social, en el barrio de Carrillo Puerto. Esta casa firmó un comodato con la Universidad Autónoma de Querétaro, la que aporta algunos programas e insumos; pero su funcionamiento se debe principalmente a los esfuerzos del barrio para darle vida.
La Casa de la Vinculación Social es un lugar de reunión para todo el año; así, la comunidad cuenta con un espacio que le permite conocerse a sí misma, reconfigurar y mantener su propia existencia.
En ella participan vecinos de la localidad que prestan algún servicio (que puede ser en un círculo de saberes) o que, por iniciativa propia, solicitan espacios para compartir con los miembros de la comunidad algún taller. Participan también estudiantes de diversas carreras, en calidad de voluntarios o para prestar su servicio social o hacer prácticas profesionales. Igualmente, participan egresados de instituciones de nivel superior, que comparten su tiempo y servicios a cambio de experiencias significativas para su formación académica y humana; así como el público en general que participa en los diversos talleres y actividades realizadas en la casa.
A este lugar llegan, entre otros, personas movidas por la curiosidad, interesadas en ver “de qué se trata la cosa” o “a ver que sale”. Después de su primera visita, a veces muchos quedan motivados para compartir, regalar o prestar cosas que pueden ser útiles a los demás. Hay personas que se enteraron de que ahí pueden hallar orientación para resolver algunos problemas legales, o que pueden tomar una clase de zumba “gratis” y así, como no queriendo, se acercan a conocer una “casa diferente”, con empuje sociopolítico transformador, que ofrece actividades educativas, culturales, técnicas, “humanas”.
Espacios como el de la Casa de la Vinculación Social, que parecen nuevos, en realidad expresan dinámicas propias de las comunidades americanas de hace siglos; pero eso no las hace viejas, decrépitas, atrasadas; por el contrario, mantienen la frescura del vínculo social y dan pábulo a decisiones y actividades transformadoras, que ayudan a revertir procesos de destrucción del ser humano y de su mundo, que es su casa, su única casa, después de todo.
Finalmente, la Casa de la Vinculación Social favorece el aprendizaje compartido reciproco entre la comunidad, artesanos, artistas, profesionistas y estudiantes universitarios o normalistas, donde también los silencios son necesarios para “escuchar el grito” que menciona Benjamín Berlanga. "La única manera de relacionarnos con el otro es hacer silencio a nuestro papel de orientadores, pues si no lo hacemos asumimos posiciones de poder, y lo ejercemos con nuestro discurso poderoso, negando a la persona y convirtiéndola en personaje"5
La experiencia de comunidad educativa, propia de las normales rurales (arriba esbozada), así como de otros proyectos establecidos en otras partes del país, puede encontrarse también en la Casa de la Vinculación Social, en el barrio de Carrillo Puerto. Esta casa firmó un comodato con la Universidad Autónoma de Querétaro, la que aporta algunos programas e insumos; pero su funcionamiento se debe principalmente a los esfuerzos del barrio para darle vida.
La Casa de la Vinculación Social es un lugar de reunión para todo el año; así, la comunidad cuenta con un espacio que le permite conocerse a sí misma, reconfigurar y mantener su propia existencia.
En ella participan vecinos de la localidad que prestan algún servicio (que puede ser en un círculo de saberes) o que, por iniciativa propia, solicitan espacios para compartir con los miembros de la comunidad algún taller. Participan también estudiantes de diversas carreras, en calidad de voluntarios o para prestar su servicio social o hacer prácticas profesionales. Igualmente, participan egresados de instituciones de nivel superior, que comparten su tiempo y servicios a cambio de experiencias significativas para su formación académica y humana; así como el público en general que participa en los diversos talleres y actividades realizadas en la casa.
A este lugar llegan, entre otros, personas movidas por la curiosidad, interesadas en ver “de qué se trata la cosa” o “a ver que sale”. Después de su primera visita, a veces muchos quedan motivados para compartir, regalar o prestar cosas que pueden ser útiles a los demás. Hay personas que se enteraron de que ahí pueden hallar orientación para resolver algunos problemas legales, o que pueden tomar una clase de zumba “gratis” y así, como no queriendo, se acercan a conocer una “casa diferente”, con empuje sociopolítico transformador, que ofrece actividades educativas, culturales, técnicas, “humanas”.
Espacios como el de la Casa de la Vinculación Social, que parecen nuevos, en realidad expresan dinámicas propias de las comunidades americanas de hace siglos; pero eso no las hace viejas, decrépitas, atrasadas; por el contrario, mantienen la frescura del vínculo social y dan pábulo a decisiones y actividades transformadoras, que ayudan a revertir procesos de destrucción del ser humano y de su mundo, que es su casa, su única casa, después de todo.
Finalmente, la Casa de la Vinculación Social favorece el aprendizaje compartido reciproco entre la comunidad, artesanos, artistas, profesionistas y estudiantes universitarios o normalistas, donde también los silencios son necesarios para “escuchar el grito” que menciona Benjamín Berlanga. "La única manera de relacionarnos con el otro es hacer silencio a nuestro papel de orientadores, pues si no lo hacemos asumimos posiciones de poder, y lo ejercemos con nuestro discurso poderoso, negando a la persona y convirtiéndola en personaje"5
La Casa de la Vinculación Social busca que las personas sean más personas.
A continuación se presenta una breve y azarosa selección de algunos testimonios de chicos y grandes que participan en este proyecto:
A continuación se presenta una breve y azarosa selección de algunos testimonios de chicos y grandes que participan en este proyecto:
- Sandra (vecina, asistente de la administración y promotora cultural en formación): “Para mí, nuestra Casa de la Vinculación Social ha sido más que un sueño hecho realidad, es más bien un gran reto en la vida, ya que aquí siento que todos los días aprendemos unos de otros, y lo mejor es que lo podemos poner en práctica, en todo y con todos. Darnos el tiempo de buscar estar feliz y saberte alguien importante, es tarea de cada uno porque no sólo eres feliz tú y los hijos sino toda la gente que te conoce y te rodea. A veces siento que en este lugar se recibe más de lo que damos. Ojalá y que lejos de que termine este gran proyecto, hubiera en cada esquina de todo el MUNDO, casas de la vinculación, y creo que así podríamos morir felices viendo en la vida algo mejor de lo que vemos ahorita. Amo esta casa y ojalá que no se cierre por un buen tiempo.”
- Soy Cristi (14 años): “Para mí, la Casa de la Vinculación se me hace que es un buen proyecto y yo estoy aprendiendo de la casa del compañerismo y del apoyo con que te atienden todo el personal y las personas que nos rodean.”
- Rosa María (mamá y miembro): “Me siento muy contenta de tener este espacio, que me ha servido para aprender y desarrollarme a mí y a mis hijas, que también pertenecen a esta casa. Me ha servido para desarrollarme y quererme como persona, gracias a mis talleres que me ha ofrecido esta casa.”
- Danna (estudiante): “La comunidad se ve beneficiada al obtener una respuesta de un grupo de gente dispuesta a mejorar diferentes aspectos que ya no funcionan o que demeritan a la comunidad, el abrir nuevos espacios para la expresión y el desarrollo de actividades que permiten distraer a los niños y jóvenes de los círculos nocivos que existen y persisten dentro de la comunidad, es un paso importante para que estos niños y jóvenes vean que existen más cosas además de lo que ven día con día. Los ayuda a enfocar su atención en actividades de mayor provecho para sí mismos, en lugar de meterse en problemas...”
- Sofía (9 años): “Esta casa es como mi otra casa para vivir. Está padrísima y a ella he venido por lo menos a 5 talleres, gracias a Maricarmen y a Sandra y a todos los que participamos en esta casa. Está chidísima.”
- Xóchitl (estudiante): En esta casa “pude aprender a poner en práctica los conocimientos que adquirí en la licenciatura, igual que conocer más afondo las ideas de Paulo Freire, a relacionarme con niños y poder saber cómo tratarlos, para que entre ellos mismos se apoyen y no compitan unos con otros, para mí fue algo completamente nuevo, pues nunca había trabajado con niños y menos enseñándoles técnicas, pero pude relacionarme muy bien con ellos y entenderlos perfectamente, además de brindarles confianza. Puede ver que tienen muchas capacidades creativas, que se pueden ir desarrollando con la orientación adecuada. Además de que ellos me enseñaron también lo que les interesa y les preocupa de su entorno.” “Me parece una gran oportunidad para realizar el servicio social, es un gran ambiente y con compañeros muy agradables, se puede mejorar mucho la calidad de vida de los ciudadanos con el apoyo detodos, pues siempre existe algo que ofrecer y compartir nuestros conocimientos en pro de la sociedad.”
- "Yo soy Danna (Tengo 7 años”): Me- gusta- venir-a-la-Casa-de-la-Vinculación-por-que-aprendo-cosas-nuevas-a-leer-jugar-compartir-y-me-gusta-hacer-dibujos-con-mi-tía-en-la-clase-de lectura.”
- “Mi nombre es Bibiana Morales (Tengo 44 años): Soy vecina de Carrillo. Para mí la Casa de la Vinculación Social es un gran apoyo a mis hijos y a la comunidad. Gracias por establecerla aquí, nos hacía mucha falta. Gracias a los chicos de la UAQ que han participado y a todos por este gran proyecto. Me gusta porque abre muchos espacios, para que tus chicos no estén de oseosos y sí aprendan.”
- Soy Carmen Pérez (28 años): “Para mí, la Casa de la Vinculación es un espacio donde puedo venir a realizar varias actividades, en donde uno se lo pasa bien y se destiesa de las actividades cotidianas. Gracias a las y los talleristas que dedican una parte de su tiempo.”
- Nancy (14 años): “Para mí la Casa de la Vinculación es un especio donde aprendemos a convivir y nos enseñan a hacer cosas que nos sirven para salir adelante; es un apoyo para las personas que lo necesitan. Te brindan la oportunidad de conocer muchas cosas.”
- Mi nombre es Yendy Yanelly: “La Casa de la Vinculación para mí significa un lugar en donde puedo aprender, divertirme, convivir, reír, platicar, invertir mi tiempo y compartirlo con los demás. Es un espacio donde se vive la unidad, respeto, honestidad, ayuda mutua, etc. En lo particular me gusta mucho porque hay talleres para todos y todos somos bienvenidos.”
- Jessica (11 años): “Me gusta mucho la Casa de la Vinculación porque es muy divertida la clase de cocina, “Mitos y leyendas de mi comunidad”. Los maestros son muy inteligentes y muy buenos. Por eso no quiero que se acabe cocina y leyendas y si se acaban me voy a poner un poco triste y si lo vuelven a regresar, que sean los mismos maestros y que nunca se vaya la Casa de la Vinculación.”
- Karen (10 años): “La Casa de la Vinculación es un espacio donde trabajamos y convivimos todos y compartimos saberes, ideas, amistad, y es muy divertido, porque a veces jugamos y luego reímos.”
- María del Socorro: “La Casa de la Vinculación para mí y mis hijos es una segunda casa. Todos son buena onda y amables. Aquí vengo a conocer y a aprender. Mis hijos se divierten y aprenden. Me gusta venir. Qué bueno que hicieron una casa así. Me encanta venir.”
- Fernanda (22 años): “La Casa de la Vinculación ¡está llena de sorpresas!. Es un espacio donde encuentras gente con ganas de aprender de otras personas; puedes encontrar alegría y diversión y muchas ganas de salir adelante. Yo, por ejemplo, formé parte de la pastorela. Me agrada la idea de que la casa pueda brindar un espacio para interactuar con los demás y que la demás gente de la comunidad participe.”
- Anónimo: “Te quiero, Casa de la Vinculación.”
- Después de afirmar que el país está secuestrado, entre otros factores, por el priismo autoritario y el charrismo del SNTE, Javier Sicilia ha dicho que el PRI no es un partido político, sino una “cultura delincuencial”que ha penetrado a todos los partidos y a casi todas las instituciones del país.
- Del inglés: poner a tono, sintonizar.
- Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educacion, México 2013.
- Privatización no solamente de instituciones públicas o de empresas estatales; también la privatización de espacios como plazas, parques e incluso, recientemente, de las playas, ha sido una constante desde las reformas neoliberales de finales del siglo XX.
- Benjamín Berlanga (2007). El grito como proyecto educativo. México, d.f., 22 y 23 de febrero, 2007., de cesder-prodes
Sitio web: http://www.cesder-prodes.org/html/publicaciones/grito_como_proyecto_educativo.pdf
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